lunes, 17 de noviembre de 2008

SE NOS VIENE LA TELETÓN

NECESIDADES DE MERCADO



La única relación que me gusta entre un escritor y el lector es cuando quien lee lo hace mucho tiempo después de que haya sido escrito el texto . Cuando el tipo se toma el tiempo y lee en el formato y espacio que decide ese relato que desea descubrir .
La única relación que me gusta entre el músico y el oyente es cuando quien escucha lo hace mucho tiempo después de que haya sido grabada la canción. Cuando el tipo se toma el tiempo , su tiempo , y escucha en el formato y espacio que decide esa canción que quiere oír.

Tal vez por eso no me gustan mucho los conciertos. Esa cosa tan católica , de un tipo con un micrófono entregando el mensaje a sus fieles no me agrada.
Y la gente asume las necesidades que le crea la publicidad y los medios de comunicación. Todos desesperados por ver a U2 , Madonna , Radiohead o quien sea que se determine que es algo imperdible. De vida o muerte. Mucha gente que no ha escuchado más que un disco de esos artistas.
Entonces tener esa entrada es como tener el teléfono móvil más caro y taquilla del mes. Y es ahí donde la cosa se pone chilena . Muy chilena. Con mucho más acceso y la misma ignorancia. Porque el huevón tiene hasta casa en la playa , pero aún no sabe leer de corrido.
Y en eso se debe diferenciar un país de otro. Hay más personas funcionales a la creación de propiedad privada , pero esos sostenedores del sistema económico tienen un desarrollo en sus ideas limitados. Entonces sólo son capaces de solucionar problemas específicos y de comprarse una entrada para Madonna.
Si los colegios fueran mejores habría menos prepotencia , menos delicuencia , menos farmacias...

...La verdad es que por lo único que no me gusta ir a conciertos en estadios es porque no me puedo concentrar por más de una hora cuando estoy de pie rodeado de gente.

PASAJE DE IDA CON VUELTA



Subí al bus apurado , antes que me abandonara. En los primeros asientos estaba Pedro Lemebel y en mis oídos sonaba un disco de Jorge González . El día estaba medio nublado , nubosidad parcial como dicen en esos pronósticos que dan después de las noticias en la televisón abierta.
El chofer tiene cara de enojado y yo no encuentro mi pasaje. Pienso en qué hacer si no lo encuentro. Imagino dándole una enorme explicación al auxiliar , ojalá de dos horas , y así cuando me dejen botado en la carretera esté más cerca de mi destino. Bueno , en eso pensaba al momento de encontrar el boleto de ida en mi bolsillo izquierdo. El mismo lugar donde lo busqué dos veces antes.
Me relajo y miro atento a Lemebel. Le sigo cada gesto mientras mira el paisaje en movimiento a través de su ventana. Es como una señora . Una señora con estilo. Por qué la gente no llegará a viejo como él me pregunto mientras cambio el disco de González por uno de Rosenvinge. Es muy bueno este disco , se llama Cerrado. Es como un pequeño libro y suena muy real. Más análogo que digital.
Llegamos al terminal y nunca me pidieron el pasaje. Y más lo que me preocupé! Parece que me quedé dormido escuchando el disco de Rosenvinge porque ya no está Lemebel arriba del bus y el chofer no tiene cara de molestia. Será que ahora debo buscar el pasaje de regreso?