...Es como cuando discutes con alguien que da por verdad una mentira explícita y evidente. Donde hay cifras, datos, testimonios y pruebas. Yo no discuto sin pruebas. Me gusta la lógica de los investigadores privados. Si alguien me molesta mucho le muestro los testimonios. Si es demasiado, pero me cae bien, no le contesto. Me da pudor dejar en evidencia que sé que no está en lo correcto. En términos estéticos o reales.
Por ejemplo, los periodistas hablan en base a su profundidad profesional. Y como carecen de aquello, todo lo que dicen es un maquillaje de conocimiento. Y así construyen todo. Los arquitectos son parecidos. Los médicos son peores porque asumen un nivel de conocimiento superior. A lo más, tienen buena memoria y muchas ganas de hacerse ricos a costa de enfermedades ajenas.
Los estacionadores de autos trabajan con el miedo del cliente. Al igual que los vendedores de seguros o alarmas. Los ingenieros viven un mundo de números imaginarios que muchas veces chocan de frente con la realidad. Y los peores de todos son los profesores. Son tan cobardes que si no fuera por sus aburridos alumnos jamás hubiesen marchado tan acompañados por una enorme avenida.
Quizás lo único cierto es esa vieja frase que dice que somos todos ignorantes, pero no todos ignoramos lo mismo.
En resumen, somos todos un desastre, menos Macnelly Torres que salió campeón en Colombia.
