lunes, 27 de septiembre de 2010

-DE LOCAL NO NOS GANA NADIE-

Dos amigos conversaban mientras esperaban que comenzara el partido. Uno decía que las personas que usaban muchos adjetivos no valían la pena y el otro decía que las papas fritas sin mostaza no tenían sentido. Y así dejaban pasar el tiempo antes de que su equipo favorito empezara a jugar. No sé ni para qué lo vemos si es obvio que ganaremos, es así este país, están los llorones llenos de frases de hincha argentino y los que ganamos sólo con la insignia de la camiseta. En países como el nuestro no da para más que para dos equipos: el que siempre gana y el que siempre tiene la esperanza que hará historia, agregó el otro amigo. ¿Y vas a escribir esto?, preguntó el primero. No creo, dijo el segundo. En caso de que lo hagas usa comillas y guiones, para que se comprenda. No va a faltar quién lo entienda. Siempre hay uno por ahí, lo que no importa es la masa, lo que no importa son los programas de televisión. Eso no importa. Algo de razón hay en eso, pensó. El otro día escuché a un escritor decir que lo que le daba más pena era ver cómo la masa se siente parte de la fiesta, gracias a esas redes sociales cibernéticas, siendo que son los mismos perdedores de siempre preocupados de la vida ajena y del anhelo de ser escuchados. Yo no escuché esa entrevista, pero tiene razón el tipo. Claro, pero igual nos reímos de cómo la gente que conocemos exponen sus vidas sin pudores. Tanto reality show les cagó la cabeza a estos muchachos. Pero así está el mundo. Así no más. ¿Y cuándo comenzará este bendito partido? Cuando se bajen los hinchas de las rejas. Deberían exigir cuarto medio para ser hincha. Ay, qué comentario más clasista. Lo dije por huevear, vivan los pobres y los delincuentes. Son lo mejor. Tienen otras leyes y ni se quejan por el sistema porque no son parte directa. Qué sería de los que venden alarmas si no existieran los barristas de fútbol. Deja de hablar un rato y anda a comprar una bebida, aprovechando que esto aún no empieza. Además, me carga la gente que habla sin parar. Admirable es el que escucha en este mundo de sordos. Ya te pusiste latero, mejor anda a comprar tú la bebida, por fome. Mira, ya empezó. Te dije que fueras antes. Tranquilo, iré igual. Total, de local no nos gana nadie.