Escuchaban un disco en español cuando ella lo llamó. Pero él ya estaba con ella que no era ella. Un enredo que se solucionaba no contestando el teléfono, cosa que no hizo. Ella le dijo que lo echaba de menos y que esperaba terminar pronto sus exámenes en la universidad para verlo. Él se fue al patio para que ella, que no es la misma que llamaba, no escuchara la conversación. Pero con irse a responder una llamada muy lejos de casa quedaba todo más que claro para ella. Pero él no lo pensó, sólo quería salir del paso.
Él trataba de cortar el celular sin hacer sentir mal a la muchacha y a sus exámenes. Siempre tratando de ganar el muy imbécil. Pero ella, la que estaba en casa, se dio cuenta de todo y empezó a gritar. Ella, la que estaba al teléfono, preguntó por los ruidos que escuchaba. Él le dijo que la llamaba en un minuto, que parece que su vecina tenía problemas.
Ella le dijo que tomaba sus cosas y se iba. Él le dijo llorando que la amaba. Ella le creyó, pero le dijo que no estaba para compartir su corazón. Y él indignado le aclaró: “El problema lo tengo yo. Soy yo quien comparte su corazón, el que está entre la espada y la pared”. Ella se sintió culpable y le pidió disculpas. Él las aceptó porque no es rencoroso ni mala persona.
viernes, 27 de noviembre de 2009
miércoles, 25 de noviembre de 2009
LA ÚLTIMA PINOCHETISTA
Un par de preguntas a Patricia Maldonado. Que vendría a ser como la última pinochetista con vida y voz. Da miedo, pero más miedo da Ominami.Por lo menos uno sabe lo que esta señora piensa.
¿Ha visto a gente que apoye a la Concertación que antes haya sido parte del Gobierno Militar?
Más de un par, que no los nombraré para que no entren en conflictos. Ojo, hay unos que pertenecían a Avanzada Nacional, la derecha más extrema, y hoy están apoyando a MEO.
De hecho a Rodrigo Danús, miembro de la campaña de Marco Enríquez, se le asoció a los G51, un grupo de ultraderecha.
Yo creo que él debe ver algún negocio en esto, no está por razones políticas. Él es muy amigo de la familia Pinochet, pero muy amigo. Entonces esos son los mercenarios de la política, por no decirles “cara de raja” de frentón. Es como que yo hiciera negocios con el partido comunista. Prefiero vender cuchuflí en la calle. Me pongo a cantar y vendo la caja entera, te juro que sí. Puedo estar equivocada ante la vista de mucha gente, pero es mi forma de pensar.
ANIMALES CON CORBATA Y EL SENTIDO COMÚN
Tener sentido común pareciera ser un don para los idiotas, pero debería ser un deber. En un país donde un tipo que se sienta a contestar el teléfono 10 horas diarias gana más que un pintor es porque ese lugar no tiene sentido común. Chile escasea en sentido común. Últimamente lo único que me importa es tener sentido común. Repito mil veces sentido común para lograr alcanzarlo y de aquí a un año llegaré a niveles de competencia.
No conozco a nadie, que sea cercano, que tenga sentido común. Y cuando diga nadie es nadie. Conozco puros huevones ignorantes y que tratan de hablar como se supone que hablan los adinerados. Y que se ríen de los flaites para engañarse creyendo que ellos son distintos. Tipos que no se les entiende lo que dicen porque en realidad no piensan. Que hablan con insultos por culpa de su brutalidad. De la mala educación. Y algunos creen que el dinero es la felicidad y yo me río y disfruto cuando sufren por cosas simples que sus emociones no son capaces de controlar. Porque estos tipos no piensan, actúan no más. Animales con corbata, decía una amiga.
martes, 24 de noviembre de 2009
jueves, 5 de noviembre de 2009
El Adivino
Un señor esperaba el Transantiago y cuando el micro llegó al paradero no levantó la mano, ni hizo gesto alguno, sólo miró su mochila. El chofer no paró y dobló porque consideró que no había nadie esperando el servicio. Un tipo que estaba a un lado del pasajero afectado le dijo: “Puta Amigo, debería haberle hecho un gesto, mover las manos, algo ¿Cómo esperaba que le parara? Si el huevón fuera adivino no estaría manejando esa huevá po. Sería millonario”.
lunes, 2 de noviembre de 2009
El Café
Hace un mes me llamó para preguntarme a qué hora la iría a ver. Yo, caballero como siempre, le pedí que habláramos más tarde. Nunca más la llamé ni le contesté el celular. Sabía que entendería a pesar de sus 19 años.
Hoy pasé por una librería y me quedé mirando para ver si estaba el libro que quería. Cuando lo vi me puse muy contento y pensé en comprarlo mañana. Caminé media cuadra más y no aguanté y regresé por el condenado libro. Entré con la ansiedad de Maradona y lo tomé para pagarlo en la caja. En los cortos pasos de la repisa hasta la caja me encontré contigo de frente. Me saludaste y yo no dije nada. Pagué y arrepentido me acerqué a ti y te invité un café. Te reíste y me dijiste: “eres un idiota, pero acepto”…
Hoy pasé por una librería y me quedé mirando para ver si estaba el libro que quería. Cuando lo vi me puse muy contento y pensé en comprarlo mañana. Caminé media cuadra más y no aguanté y regresé por el condenado libro. Entré con la ansiedad de Maradona y lo tomé para pagarlo en la caja. En los cortos pasos de la repisa hasta la caja me encontré contigo de frente. Me saludaste y yo no dije nada. Pagué y arrepentido me acerqué a ti y te invité un café. Te reíste y me dijiste: “eres un idiota, pero acepto”…
Suscribirse a:
Entradas (Atom)