Un señor esperaba el Transantiago y cuando el micro llegó al paradero no levantó la mano, ni hizo gesto alguno, sólo miró su mochila. El chofer no paró y dobló porque consideró que no había nadie esperando el servicio. Un tipo que estaba a un lado del pasajero afectado le dijo:
“Puta Amigo, debería haberle hecho un gesto, mover las manos, algo ¿Cómo esperaba que le parara? Si el huevón fuera adivino no estaría manejando esa huevá po. Sería millonario”.